Claves para redactar un discurso de éxito
Seguro que en alguna ocasión te has visto en la tesitura de tener que redactar un discurso para un evento de tu empresa, una convención, un encuentro comercial o incluso un town hall meeting o reunión interna con tu equipo.
Las situaciones en las que puedes necesitar plantear un buen discurso pueden ser multivariadas pero el objetivo, casi siempre, suele ser el mismo: emitir un mensaje sobre con el que captar el interés de tu target hacia una cuestión concreta.
En este artículo vamos a desgranar algunas claves para saber cómo redactar y estructurar bien un discurso que nos ayude a convencer, educar y/o a alimentar vínculos con nuestra audiencia.
¿Qué tipos de discursos existen?
La tipología de discursos varía en función de la variable a analizar. Según si nos centramos en su estructura, área o ámbito en el que se aplican o sobre la función que ejercen, encontramos diferentes clasificaciones, que os resumimos a continuación.
Según su estructura, tenemos discursos:
- Narrativos: expresan hechos, reales o imaginarios, en un contexto de tiempo y espacio concreto.
- Descriptivos: muestra características, sin aportaciones de valoración personal.
- Expositivos: su objetivo es informar de manera objetiva, clara y ordenada.
- Argumentativos: intentan convencer, persuadir.
Según el área temática o ámbito de actuación los clasificaremos en:
- Político
- Religioso
- Empresarial
- Académico
- Artístico
Según su función:
- Expresiva: sobre un sentimiento.
- Apelativa: cuando buscamos captar la atención del oyente y motivar una respuesta.
- Poética: donde lo que se prioriza es la forma del mensaje.
- Informativa: cuando el mensaje busca ofrecer una información objetiva.
- De convencimiento: con la intención de vender un bien o servicio
- De entretenimiento: para divertir o distender.
¿Qué debo tener en cuenta para escribir un buen discurso?
El secreto para escribir un buen discurso empieza por tener claro quién es la figura para la cual vamos a elaborar ese discurso. Cody Keenan, quien se encargó en su momento de redactar los del ex-presidente Obama, nos cuenta cómo es clave que la elaboración del discurso se convierta en un proceso colaborativo.
Lo cual tiene sentido puesto que la persona encargada de interpretar ese discurso tiene que estar, primero, de acuerdo con las ideas y la forma en la que se han expresado y, segundo, ser capaz de hacer suyo un texto que no ha salido de su puño y letra.
Si algo tienen en común los grandes discursos es que son auténticos e inspiradores, cuentan algo más grande y significativo que lo que acontece en el momento o sitio presente. Es una idea que no podemos dejar a un lago a la hora de preparar nuestro texto.
Si hace un momento nos referíamos al orador@, poner el foco en la audiencia, desde el principio también va a ser clave. Cuanto más conozcamos a nuestra audiencia más fácil conseguir que nuestro mensaje resuene y sea significativo para nuestro público.
Aprender a redactar un discurso: las partes.
Las partes de un discurso, comparado con otros textos narrativos, podrían simplificarse en lo que la mayoría conocemos y sabemos identificar en tres bloques bien diferenciados: introducción, desarrollo o nudo y desenlace o conclusión. Los discursos tienden a estructurarse como historias en la que se van desarrollando secuencias, pueden o no aparecer ciertos personajes protagonistas y secundarios y suelen acabar lanzando un mensaje a modo de conclusión final.
Sin embargo, técnicamente, existe una nomenclatura específica que deriva de la función específica que ocupa cada parte en base al objetivo último del discurso. Lo explican con detalle Rosa Isela quien identifica las siguientes partes:
- Exordio: donde se busca preparar y atraer al público, despejando antipatías. La finalidad de esta parte es conseguir que nuestra audiencia esté dispuesta a escucharnos.
- Exposición o narración: la más extensa, donde se cuentan los hechos necesarios y se muestran los puntos más importantes que se quieren defender.
- Argumentación: por la que se pretende convencer mediante la aportación de datos precisos.
- Epílogo o peroración: la parte fundamental, donde se recapitula y se recoge la esencia de todo lo dicho para tratar de influir con mayor eficacia.
Esperamos que con estos consejos y aportaciones te hayan servido para clarificar un poco mejor el terreno antes de ponerte a redactar tu próximo discurso. Pero, en caso de que no seas muy duch@ en la labor, lo mejor es que cuentes con asesoramiento o directamente recurras a la ayuda de un@ redactor@ especializado.
En Redaccom elaboramos discursos institucionales, corporativos o vinculados a contextos de venta comercial. ¿Te ayudamos a preparar tu próximo discurso? ¡Cuéntanos tu proyecto!